Reflexiones otoñales

[JUAN FERNANDEZ SANCHEZ]

¿Qué es el tiempo?. San Agustín decía algo así como, “Se lo que es, pero cuando me lo preguntan, ya no se lo que es”.
Personalmente, lo percibo como un fluido, algo en constante movimiento, en que los tiempos se acortan y /o se alargan. La medida del antes y después, algo paso, raudo como el espíritu del viento, es el constante movimiento del Universo. Es más un proceso funcional, que una estructura definida.
De lo que si nos damos cuenta es del paso del tiempo, es la exclamación del poeta, “Juventud, divino tesoro”. De un tiempo para acá, noto una nueva fuerza actuando en mí, es la fuerza centrípeta de mayor contracción y ralentización de funciones, es el camino de la ancianidad, lo que me toca caminar, para alcanzar la vejez.
Vida y Muerte, es el paso del tiempo. ¡Como nos gustaría parar el tiempo!, pero tan solo podemos ralentizarlo, paa asi, alargar nuestra vida, viviendo a ritmo lento. Querer parar el tiempo, seria tanto como decir querer parar el movimiento del universo, la evolución de la vida, del nacimiento hacia la muerte.

Cambiando de tercio, ¿Como pasamos nuestro tiempo de vida entre ese periodo llamado nacimiento y muerte?. ¿Que hacemos?. Te relatare una anécdota corta, mi primera orientación en el campo del bienestar a una amiga. Una amiga vino a verme, “Dice el medico que tengo que operarme de apendicitis, y que puedo esperar unos 20 días, que no es urgente”.
Bien le dije yo, “tiempo suficiente, ¿que piensas hacer en ese lapso de tiempo?. Desde ahora mismo, hasta el día de la operación, ¿qué piensas hacer?. ¿Como vas a ocupar tu tiempo?.
¿Que hacemos entre ese lapso de nacimiento y muerte llamado vida?. ¿Como ocupamos el tiempo?.
El tiempo es oro dicen los americanos, y quizás en ese momento la energía mas preciada, cada vez disponemos de menos y menos tiempo.
¿Seria atrevido decir que el estrés es una aceleración del tiempo?

En fin, tan solo una reflexión de mañana, día gris, nublado, que entristece, o bien si controlamos la tristeza, un día otoñal que nos recoge, de recogimiento, de un sentirse a si mismo, puesto que ya paso el tiempo de la exteriorización, del abrirse y salir de si, así que ahora toca el estar un poco mas íntimamente con uno mismo.
Rompiendo una lanza a favor de la tristeza, así como el miedo es la prudencia bien entendida, y la agresividad la propia autoafirmación ante la vida, la tristeza es un estado de recogimiento, de contacto, un darnos cuenta, de reflexión de ¡cuanta vanidad hay en nuestras vidas!, para entender que al fin y al cabo: Nada importa nada, expresión diría yo, de un mayor alcance que el: Solo se que nada se.
¡Como malgastamos totalmente la vida con nuestras tontas pretensiones vanidosas!, nos creemos demasiado importantes.
El Play boy nunca esta triste, no vive esa otra dimension que nos acerca a nosotros mismos, vive la vida con una alegría patética, de la misma forma que hay una alegría serena que nace de una comprensión del vivir, de la misma forma, hay una tristeza que nos pone en contacto con nuestras tontas vanidades y banalidades en el vivir, para tan pronto, si hemos comprendido algo… de la lagrima brota el humor.
Yo diría, que deberíamos de ser mas humildes, hacer una cura de humildad. ¡Cuánto nos hace falta una limpieza de Espíritu!. (A saber que es esa cosa llamada espíritu). Lo cierto es que, al fin y al cabo, tal como esta el mundo no tenemos nada para que enorgullecernos.
El orgullo es una cualidad de dignidad, y nace de la humildad, es nuestra apertura de confianza y seguridad ante nosotros mismos y el mundo, ¡me siento orgullosos de haber vivido dignamente, de haber hecho mi trabajo, y además, bien!. (Eso, solo lo puede exclamar el Sabio).
Bien mirado la vida es triste si no fuera por la sociedad del consumo que nos distrae a cada momento. Cuando digo: triste, no me gustaría caer en lo patológico, sino como un recogimiento en uno mismo que nos hace ver el verdadero estado de cosas, a pesar de la tristeza, cuando uno comprende que desperdicio su tiempo de vida, y a la vez, vemos la futilidad de la vida, y de nuestras apariencias sociales para creernos ser alguien.
A partir de que todo tiene su cara y su dorso, yo diría que la tristeza esconde sus tesoros; cuando somos felices y estamos satisfechos no somos tan profundo como cuando estamos tristes.
La tristeza tiene profundidad; la felicidad tiene algo de superficial. En la felicidad y satisfacción podemos encontrar algo insípido, soso y superficial, es muy ruidosa; la tristeza tiene un cierto silencio. La primera es como el día, la segunda como la noche. Yo diría que la tristeza es una flor de la: Noche oscura del alma. La felicidad es un polo, la tristeza es el otro, y cada una de ellas, con su cara y su cruz.

Un místico sufí llego a un pueblo de noche, tras un largo y pesado viaje, él y sus seguidores, estaban hambrientos, cansados y con mucho frío. Nadie le dio hospitalidad, ni alojo, ni un plato de comida para calentarse en la helada noche.
Una vez en las afueras del pueblo, sus discípulos estaban muy deprimidos, tristes y enojados.
El sufí dijo: “Gran Ala, ¡eres maravilloso! Siempre nos das todo lo que necesitamos”.
Un discípulo le dijo: “Espera, ahora estás yendo demasiado lejos, especialmente esta noche. Estas palabras son falsas. Estamos hambrientos, cansados, sin abrigo y nos espera una fría noche. Hay animales salvajes por todos lados, hemos sido rechazados por la gente del pueblo, estamos sin refugio. ¿Por qué dices eso?. ¿Qué quieres decir cuando dices: “Siempre nos das lo que necesitamos”?
El Sufi, dijo: “Ala me da cuanto necesito. Esta noche necesito pobreza, tener hambre, estar en peligro. Es lo que necesito y tengo que estar agradecido. ¡El cuida tan bien de mis necesidades! ¡Es realmente maravilloso!”
Esta es una actitud que no depende de la situación. La situación no es importante. Lo importante es, ¿ Como hemos aprovechado nuestro tiempo de vida?.

Joan

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