Pautas de acción para diferentes situaciones
En Termomasaje básico pasivo en camilla
Lo normal después de un tratamiento bien hecho
La persona ha de terminar con una estimulante relajación; es decir, con las pilas puestas, pero sin tensiones. Con una sensación de ligereza en todo el cuerpo y, en especial en piernas. Ha de sentir la cabeza despejada y la espalda como si le hubieran quitado un peso de encima. Puede pronunciar palabras como: “me siento flotar”, “estoy tan ligero como una pluma”, “no siento la espalda”…
Esto es muy fácil conseguirlo cuando se tiene en cuenta la primera ley de la Termorregulación: nunca aplicación fría a piel fría, ni piel fría después de la aplicación y cuando no se olvidan las dos precauciones básicas que se derivan de esta ley: con el calor, que no se suba a la cabeza; con el frío, que no penetre en el cuerpo. Conviene cuidar mucho los detalles técnicos, dado que jugamos con leyes y magnitudes físicas.