Limpieza facial

[Anónimo]

Llevaba tiempo rondándome por la cabeza que mi cara necesitaba algo (aparte de que desapareciesen mis molestos granitos hormonales) y un buen día ví el mensaje de África preguntándonos a Carolina y a mí que qué tal íbamos con nuestros problemas de acné. Me acordé de ella, le pedí el contacto y allá que me fui, a su cabina estupenda.

Me hizo una limpieza como dios manda que, como ella bien dijo, ya la necesitaba. Me sentí tan fresca, tan liberada y con los poros tan limpios que era como si me hubiese quitado un peso de encima: volvía a sentir mi cara bajo mis yemas de los dedos. Ya no era un muro infranqueable de grasa y falta de luz.

África, no te lo vas a creer pero nada más llegar al trabajo una compañera me ha dicho: “¿y tú, por qué estás tan guapa hoy?”

Con esto termino, ah, y que no se me olvide. Dormí como un angelito.

Muchas gracias por tus cuidados y dedicación y nos vemos muy pronto.

María

[Anónimo]

Gracias María, lo de “una limpieza como dios manda” me ha llegado al alma… Un placer haber puesto mi granito de arena para quitar ese “muro opaco” sobre tu piel y que esta luzca vital y radiante.
Que gusto comenzar así la jornada de trabajo, eh! Si, suele suceder que la gente note la diferencia.

Y, como el merito no es solo mío, aprovecho para compartirlo con Jinjer, por tener el gran acierto de poner su Método también al alcance de esteticistas que como yo, no nos conformamos con la estética convencional y que gracias a ello disfrutamos enormemente con nuestra profesión y nos da muchas, muchas satisfacciones.

Un placer María.
Hasta pronto.
África

[Autor]

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