Articulo publicado sobre Termoreó en Cinturón Negr

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    “Toda la alteración de la salud interna o externa tienen su origen en nuestra debilidad”
    Jóse María Sánchez Bárrio del Libro “Universo Polar” Editorial Eyras.

    “Dado lo privilegiado de su situación al frente de esta revista, y los muchos estilos y Maestros que ha conocido, ¿Cual es en su opinión la mejor de las Artes Marciales?”…
    Si “la mejor” lo substituís en ocasiones por lo de, “las mas efectiva”, obtendréis la preguntas que mas me hace la gente en cuanto se enteran a que me dedico.
    Siempre me toca al responder el explicar eso de que todas las Artes son válidas, y que no hay que Artes sino artistas, etcétera, etcétera…
    Yo sé que me preguntan algo distinto, pero el enfoque que implica su pregunta es algo que yo no comparto, por lo que se puede decir que “no sé” cual es la correcta respuesta a su pregunta… además creo que nadie lo sabe. Estoy convencido que cada persona que se entrena en un estilo determinado le está confiriendo naturalmente al mismo su confianza simplemente al dedicarle su tiempo y atención, ¿Que acto de adhesión mayor se puede hacer por algo o alguien? Es sin duda un acto de amor que debe ser siempre respetado.
    Lo mismo se puede decir de la pregunta acerca cual es la técnica mas poderosa. En mi opinión, (y en la de otros muchos Maestros que he conocido), “dañar” es siempre muchísimo mas fácil que “sanar”; por ello mi respuesta a esta cuestión está vinculada con un ejercicio de sanación, en lugar de con uno de daño o destrucción. Reza un sabio refrán español que “El que puede con lo mucho puede con lo poco”; así pues no tengo empacho alguno en dedicar toda mi respuesta acerca de esta cuestión, a compartir con vosotros, la que considero como la mas poderosa herramienta que cualquiera puede aprender a usar para mejorar su salud, equilibrio interno externo y en consecuencia su capacidad guerrera: La Termorregulación.

    La termorregulación es un ejercicio que practico cada día desde hace muchos años. Un ejercicio que “toda persona” puede realizar para mantener una salud mejor ¡e incluso para recuperarla! así como para lograr un estado mental mas despierto. El Maestro que me lo enseñó a mi, (José María Sánchez Bárrio) lo rescató de la tradición y lo afinó extraordinariamente; lo renombró y explicó las razones de su tremenda eficacia en términos físicos, energéticos y médicos modernos.
    No es la primera vez que lo comparto con los lectores de esta revista (ni será la última). He comprobado que a pesar de su extraordinaria eficacia y sencillez, la Termorregulación requiere una persistente reiteración para ser asimilada, y sobre todo para pasar de las palabras a los hechos. Tanto es así que yo mismo acuñé, (en los tiempos épicos de la estructuración del sistema), una frase que mi mentor repite siempre en sus clases, y que supongo que lo seguirá haciendo:
    “Para convertirse en termorregulador uno debe ser iniciado por otro termorregulador”
    Bueno dado que esto no es posible a través de este medio, utilizaré toda mi habilidad con la pluma, para intentar comunicarme con vosotros y transmitiros la importancia y el poder de este ejercicio.

    El poder del Fuego y del Agua.

    La termorregulación trata del uso de las fuerzas elementales, Fuego y agua, para restaurar el equilibrio interno externo de los seres de sangre caliente en general y de los humanos en particular. Uno de los vehículos mas eficaces para aplicar esta técnica es el agua. El uso del agua ha sido desde tiempos inmemoriales fuente de salud para nuestra especie y los sistemas desarrollados para su aprovechamiento en las diferentes culturas son tan amplios y diversos como las mismas.
    El agua es el elemento transmisor mas eficaz y abundante en el Planeta. Para los Chinos el Agua, “la energía agua”, define el punto de inicio del ciclo de las energías y las formas; algo que tiene sentido, pues la vida misma proviene del agua.
    La naturaleza de esta fuerza es la de el “ir hacia abajo”, penetrarlo todo, no resistir, fluir. Su fuerza Opuesta es el Fuego, cuya naturaleza es la del “ir hacia arriba”, iluminar, y acelerar. La combinación de estas fuerzas es la creadora de todo lo que existe, o dicho de otra forma, todo lo que existe posee en diferentes dosis y calidades, cargas desiguales de estas dos fuerzas elementales.
    En Japón el Ofuro, el baño caliente, es mas que un ejercicio de higiene. Los baños de agua fría bajo las cascadas, mientras los ejecutantes realizan Mudras y cantan Mantras, son una imagen que no es en modo alguno ajena a los artistas Marciales. ¿Quien no conoce los baños en el Ganges de la tradición Hindú? Estoy seguro que alguno incluso oyó hablar de la hidroterapia yoguística de Ramacharaka, y de los múltiples ejercicios o Kriyas, en los que el agua se utiliza en formas impensables para un Occidental.
    La misma tradición Cristiana está marcada por el agua. Los primeros fieles se identificaban a si mismos y los lugares que ocupaban con el signo de un pez. De hecho el cristiano lo es, desde el momento en que un “iniciado” vierte sobre él “el agua sagrada”. Juan el bautista “inició” a Cristo dándole un buen remojón. Pero como dice Lao Tse “cuando se pierde el Tao solo queda el rito”. La ceremonia que hoy en día rememora aquello, con toda su parafernalia, no se debe parecer demasiado a lo original; tengo la convicción de que aquello del Jordán también fue algo mas que un rito. Jesús fue desde luego un personaje de enorme poder, y los personajes de poder practican técnicas y fórmulas poderosas; la termorregulación lo es. Querer reducir ese rito a un acontecimiento casual o simbólico es menospreciar a sus participantes. “Doctores tiene la iglesia” reza el dicho, por lo que este tema debe ser estudiado por otros mas capacitados que yo en la materia, (¡encantado de dar pistas!). Los judíos poseen una tradición similar incluso los conversos deben pasar por el ritual entrando en una piscina desnudos.
    Las técnicas de poder lo son por su eficacia a la hora de los resultados. Hace muchos años que practico esta técnica y he podido sin duda probarla en las mas variadas circunstancias con excelentes resultados. El objetivo de la misma es esencialmente regular la temperatura de nuestro organismo a través de un ejercicio que estimula dicha función natural.
    Toda regulación de la temperatura en el cuerpo es una acción considerada esencial para la vida y está regida de forma automática bajo algunas leyes que en esencia no son muy complejas: La temperatura no debe subir de 42 grados, ni bajar de 35. Miles de mecanismos hacen posible que continuamente nuestro cuerpo esté tomando decisiones al respecto.
    Nuestro sistema de “calefacción” no difiere esencialmente del que tenemos en nuestras casas. Los principales distribuidores del calor son las arterias y las venas, pero en lugar de llevar agua, acarrean un caldo salado y rojo, con una composición muy similar al agua de mar, la sangre.
    Para los Orientales el calor del cuerpo se controla a través de un meridiano que implica a varios órganos y que es conocido como el meridiano termorregulador. En este meridiano hay tres puntos clave conocidos como los tres fogones; pero no quiero perderme en demasiados detalles técnicos; digamos simplemente que “los calores de las vísceras y de la digestión son distribuidos por el corazón”, lo cual en el fondo es lo mismo que dice la medicina Occidental.
    Para enfriar el sistema el cuerpo posee un intercambiador muy eficaz: La piel. El sistema se enfría a además a través del aliento y con la eliminación de líquidos y sólidos. Cada orificio es un punto de salida de calor y la mayoría de ellos están en la cabeza, el lugar donde el nivel de calor, tensión y actividad es máxima en los humanos. El sistema nervioso y su ordenador central producen unos niveles de calor excepcionales y el mantenimiento de la temperatura en esta zona es crítico y fundamental. Además el calor, la energía Fuego, tiende a subir tanto como la energía agua a bajar, de forma que la cabeza está bien dotada para regular la temperatura. Los Chinos dicen: “La cabeza fría y los pies calientes”
    El principal mecanismo de regulación del calor, uno que es muy propio de los humanos, es el sudor. Otros mamíferos como por ejemplo los osos o los perros, no poseen dicho regalo de la naturaleza. Por ello jadean con frecuencia cuando quieren refrescar el sistema. La cosa no es ninguna broma: Algunos de nuestros antecesores fracasaron como especie precisamente por carecer de un eficaz sistema de ventilación. Si el sistema se recalienta, se colapsa, y a ver quien es el guapo que corre detrás o delante de otro animal, para cazarlo o para no terminar siendo su merienda. Refrescar el sistema con alternativas al aliento dió al pequeño mamífero humano grandes ventajas en su habitat. No sería el mas fuerte, ni el más rápido, pero definitivamente era uno de los que mejor evacuaba el exceso de calor del sistema.
    La brillante solución de la naturaleza fue aplicar humedad a la piel. La humedad es análoga al frío, lo intensifica y lo potencia, pero sobre todo, el agua es uno de los mas eficaces transportes del calor que existen. Cuando al agua o el sudor entran en contacto con una piel caliente, se generan pequeñas espirales ascendentes de vapor que transportan el calor de forma mas eficaz fuera del cuerpo. Unos pocos pelos lo facilitan pero muchos lo dificultan, esta es una de las razones de la perdida del pelo en el cuerpo en nuestra especie. Dado que en nuestro cuerpo las fuentes de calor son internas, las formas de ser de capaz de evacuar rápidamente su exceso, son un ejercicio primordial para el buen funcionamiento del sistema, y para el mantenimiento del equilibrio de la vida que llamamos salud.
    Visto desde claves básicas, Interior y exterior son opuestos complementarios. Cuando un polo está caliente, es que el otro está frío. De esta forma cuando tenemos fiebre la sensación térmica es de frío, dado que los sensores de la temperatura están en la piel y esta se sitúa en el exterior.
    Desde la clave Centro y periferia las cosas son iguales. Como artistas marciales sabemos bien que el centro de percusión, de gravedad, el centro energético e incluso geométrico (¡reacuérdese el dibujo del hombre de Leonardo con los brazos abiertos!), está en el bajo abdomen, el Tan Tien o el hara. Cuando hay fiebre la periferia, las manos, los pies, están helados. Desde clave Arriba abajo, la cosa no es diferente, pues el Fuego es una energía ascendente por lo que la cabeza con fiebre se recalienta mientras los pies se enfrían.
    La Termorregulación como técnica, utiliza los mecanismos naturales del cuerpo y se sirve de las fuerzas elementales de la naturaleza, Fuego y Agua, para regular la temperatura con métodos (¡y lo que no es menos importante!), con estrategias naturales. Para lograr su objetivo los termorreguladores usamos el agua fría para retirar el exceso de calor, así como para estimular la circulación, que es el mismo sistema que naturalmente realiza dicha tarea.

    La aplicación y sus “Reglas de Oro”

    El agua fría es una poderosa herramienta, pero como todas las poderosas armas debe ser usada con sabiduría para no provocar el efecto opuesto al que se persigue. Si dejáramos que el frio penetrara en el interior, produciríamos justamente esto, por lo tanto en toda técnica de termorregulación dicha acción debe ser evitada.
    Dado que el cuerpo debe permanecer en un rango de temperaturas constante y delimitado, el mandato biológico es imperioso: Allí donde se enfríe se bombea sangre para calentar. Si realizamos aplicaciones de frío en la piel, el cuerpo bombea sangre a la periferia. La sangre es enfriada y cuando regresa al interior baja la temperatura global. Es lo mismo que hace la naturaleza, y hasta lo mismo que intenta el cuerpo con una fiebre.
    Para evitar que el frío penetre al interior existe una regla de Oro en la termorregulación. “Nunca aplicar agua fría en piel fría, y nunca dejar la piel fría después de la aplicación”. La misma, pero en opuesto, es también cierta: “Nunca aplicar agua caliente en piel caliente, ni dejar la piel caliente después de la aplicación”. ¡Así pues, muchos de vosotros os estáis haciéndoos cada día un flaco favor al ducharos con agua caliente justo después de salir del entrenamiento bien calentitos!
    Hipócrates, el gran padre de la medicina, (tan malentendido hoy en día por los cazadores de virus que perjuran sus principios), lo dijo bien claro: “La naturaleza es la que cura”.
    Sus dos otros principios esenciales fueron: Primero “No dañar” y después “limpiar”. La termorregulación cumple todas estos principios:
    Siempre que se aplique su regla de Oro, no daña; luego, limpia, (¡por fuera y por dentro!), y por fin actúa estimulando y utilizando los mismos procesos que la naturaleza nos ha dado para mantener la vida.
    El correcto uso del agua caliente y fría, debería ser asignatura de primer curso para todos los humanos, sin embargo es un asunto que hemos postergado al simple criterio del “gusto” y dado que los gustos de nuestros tiempos son “blandos y reblandecedores”, el abuso del agua caliente es una constante en todo el mundo. Esto es así incluso entre muchos artistas Marciales, capaces de esfuerzos y actos de voluntad extremos en su entrenamiento, pero del todo incapaces de simplemente darse una ducha fría después de acabar sus clases. Tal es la debilidad y la falta de criterio con la que me encuentro al proponer este sistema. Por ello he comprobado que la iniciación, como Juan hizo con Jesús, es en esta cuestión un acto casi ineludible, salvo cuando descubro con alegría que aún queda algún individuo bragado, algún guerrero con temple suficiente, para aprovecharse de esta poderosa técnica al atreverse a probarla.
    Mucho es lo que podría explicar sobre esta técnica, sobre sus ventajas y sobre los muchos efectos positivos que provoca y porqué. Y lo haré algún día con mas profusión y detalle. Entretanto os desafío a sentir en carne propia y en primera persona sus efectos.
    Recordad solo que es imprescindible el calentar antes de aplicar el agua fría ¿Un kata? ¿Un combate? ¿Una carrera? Y luego ya sabéis: ¡Ducha fría! y… rápidamente a secarse y cubrir la piel con ropa adecuada y suficiente. Repetir cuantas veces se quiera, pero hacedme el favor de daros al menos tres… ¡No seais mojigatos!
    Si cuando salís del gimnasio tras este ejercicio, vuestra piel no reluce, y vuestros ojos chispean; sino percibís los olores con intensidad, como cuando erais niños; si no notáis vuestro cuerpo relajado, pero firme y activo; si no os sentís despiertos, vivos y felices, es que simplemente lo hicisteis todo tremendamente mal, o… que “la contaminación térmica” acumulada es ¡de órdago!
    No hay técnica que yo conozca mas poderosa para fortalecer el cuerpo y el espíritu de un guerrero; no hay Chi Kung mas intenso, ni Kata mas poderosa, ni técnica oculta que mas satisfacciones o poderte pueda dar que la de entregarse al goce natural e intenso de sentir el masaje intenso de las fuerzas elementales que te proporciona la Termorregulación.

    #786
    jinjer
    Superadministrador

    Es una satisfacción que el director de Cinturón Negro, la primera revista de Artes Marciales del mundo, Alfredo Tucci, un fiel termorregulador de muchos, muchos años, haga públicas en la revista y en este foro, afirmaciones tan contundentes como las que están reflejadas en este artículo.
    Alfredo fue un testigo del desarrollo de la Termorregulación y uno de los primeros en ser iniciado. A mi memoria vienen los recuerdos de su iniciación en la Termorregulación; en la Sierra de Gredos, en los tiempos épicos de este sistema, en el Balneario de Lugo, disfrutando de los contrastes pasando de una bañera caliente a 40 grados a una fría o con los chorros bitérmicos simultáneos que diseñé en ese Balneario. O en los acantilados y playas del Cantábrico, mientras “pescábamos con gaviota”, en tantas excursiones al río Alberche con su perra Eleuteria, practicando ejercicio termorregulador por los alrededores del pantano de Valmayor, en el Club Palestra, donde a Alfredo le gustaba hacer prosélitos para la ducha fría entre todos los de cara colorada que estaban con nosotros en las instalaciones del Club, en el turco de su casa que fue el primer baño turco que se construyó con la ducha fría instalada ya dentro del baño de vapor…
    La iniciación de Alfredo en la Termorregulación fue tan intensa, como intensa ha sido su constancia en su práctica y ahora, generosamente, ofrece a la tribu su experiencia. Lo ha hecho muchas veces y en muchos idiomas a los miles y miles de lectores que tiene la revista Cinturón Negro en todo el mundo y ahora en este foro.
    ¡Gracias, Alfredo! ¡Gracias en mi nombre, en el de todos los “guerreros” y en de todos los termmorreguladores! ¡Gracias también por acordarte de mi en la forma que lo haces en la dedicatoria de tu libro “El Guerrero Consciente”!
    José María

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