Home › Foros › Cuestiones generales › Algún forero/a es abogado/a ?. › Ser médico
Tengo observado que los profesionales de universidad, a menudo, son menos capaces que los estudiosos autodidactas de las mismas profesiones, sean estas cuales sean. Padecemos, en estos momentos más que nunca, una dictadura del título, y los inconvenientes de esto, como extremo que es, son por fuerza graves y múltiples. No voy a ocultar que me considero una víctima de primer grado de la particular subclase de automatismo que a todos nos salpica (sólo terminé los bachilleratos… dos, eso sí), pero no es por resentimiento que me fastidia tanto. Tampoco será por casualidad, claro. Yo soy de los que no sirven para aprobar un examen tras otro, año tras año, pero además me parece que es más saludable, natural y fecundo aprender con la pasión, elasticidad, sutilidad y rigor que sólo la libertad, la autosugestión y la ausencia de imposiciones, urgencias y parcialidades pueden brindar en sus dosis óptimas.
No haya equívoco: celebro la educación regulada, por todo lo bueno que demuestra tener. Lo que lamento, y es a lo que voy, es el desaprovechamiento de los grandes pensadores, investigadores y creadores foráneos del sistema; lo que denuncio es el recelo de las capacidades desarrolladas con originalidad y audacia; lo que desprecio es el rechazo de todo lo que no se circunscriba a las directrices oficiales de los organismos burocráticos (como lo es la comunidad científica de B.O.E. que nos manda) que, paradójicamente, son hoy el dogma al que se adhiere la ciega fe de las masas sin criterio.
¿Obedecerá usted en lo que sea a su médico de cabecera? Allá usted. Los que conocemos el poder del sentido común (que es el uso de la razón intuitiva) los que aspiramos a evolucionar en vida, los que apreciamos los logros del realismo desprejuiciado, sabemos que en éstos críticos días, la consciencia está en el individuo, en el raro sujeto que ha podido llegar a ser sí mismo, aprovechando los privilegios de la comunidad para trascender sus precariedades y hacerse así con una voz propia, una responsabilidad integral y un dominio independiente, construido todo ello como un edificio de saber intransferible, sobre lo confrontado, experimentado y constatado en abstracto y a pie de tierra. ¿Mira usted la marca de la ropa que compra? Me parece muy bien, si no sabe usted distinguir por otros indicios la calidad, ni lo que le favorece.