Home › Foros › Cuestiones generales › Sida: La Sra Guay y el Sr Chungo › Re: Recuperación, tratamiento basado en MJ
Tras la intervención de Eduardo, Joan y Margarita, he recordado el tratamiento termorregulador en base al MJ aplicado a una clienta, ya hace unos ocho años:
Mujer de 65 años, ingresada de urgencias por una fuerte crisis respiratoria, alergico-asmática. Se le suma una tendencia depresiva habitual en ella, agravada en ese momento por una profunda crisis emocional por el divorcio conflictivo y duradero con su pareja.
En el hospital permaneció un tiempo en la U.C.I. con respiración asistida. Según me dijo ella después, estuvo a punto de morir.
Se acordó de mí, aunque hacia unos años que no nos veíamos y me buscó para que la tratara, porque recordaba el bienestar que sentía cuando en varias ocasiones le hice tratamiento estético para reducción de peso y celulitis.
Me advirtió por teléfono que no me asustara cuando la viera por su mal estado físico.
Comenzamos tratamiento de Termomasaje en cabina, previo compromiso indispensable por su parte de que seguiría rigurosamente mis indicaciones para casa, tanto en alimentación, como en ejercicio, etc.
Durante el primer mes venia a tratamiento 3 veces a la semana, el segundo y tercer mes lo reducimos a 2 semanales, con lo que culmino su recuperación. Os apunto algunos detalles sobre su evolución:
Salió del hospital con su arsenal correspondiente de aerosoles y otro medicamento (no recuerdo cual) obligatorio e indispensable que no debía olvidarse de tomar a diario y que según su médico era clave para su recuperación.
Su estado de debilidad era enorme, para que os hagáis una idea, la pequeña cuesta de la calle donde vivía no podía subirla sin pararse repetidas veces y llegaba agotada a su casa. Su cuerpo estaba hinchado y voluminoso, entre otras cosas por el efecto de la cortisona que le habían dado.
En ejercicio, le propuse paseos cortos avanzando un poco más cada día, previa aplicación de crema Balsámica en todo el cuerpo.
Duchas de agua fría frecuentes durante la mañana y la tarde, seguidas de estimulante frotación-masaje con toalla.
Alimentación refrescante, infusiones depurativas, etc.
Cada día se apreciaba su progreso físico, a la vez que se iba esfumando su estado depresivo. A los quince días ya caminaba una hora de seguido, se iba hasta un parque grande con abundante vegetación donde se nutria de un aire oxigenado y limpio y donde también había polen (era primavera). Me decía las ganas que le daban de echarse a correr viendo a la gente que por allí practicaban footing. Hasta que poco después ya pudo correr. Y de caminar una hora, pasó a dos.
Pasaba sus revisiones médicas, con sorpresa de los médicos por lo mucho que había aumentado en su capacidad respiratoria en tan poco tiempo. Tengo que decir que no usaba los aerosoles y que pocos días después de comenzar tratamiento dejó de tomar aquella medicación tan importante que bajo ningún concepto debía dejar de tomar, y no porque yo se lo dijera, sino porque se le olvidaba tomarla y como se encontraba bien la suprimió.
Resumo para no extenderme mucho, antes de finalizar los tres meses de tratamiento conmigo, tenía una revisión médica completísima con todo tipo de pruebas, incluidas radiografías o TAC para entre otras cosas ver el estado de la mancha que también le habían detectado en el pulmón y que la tenía preocupada. Resultado, la mancha había desaparecido, su analítica y todo lo demás perfecto.
Su médico se congratulo del éxito obtenido, el cual atribuyó a la medicina que le había prescrito, diciéndole: “ve lo importante que es tomarse la medicación?”
Cuando me lo contaba le dije: ¿porque no le has dicho al médico que dejaste de tomarla, y lo que has estado haciendo? ella me dijo: no me he atrevido por si me regañaba.
Ahí lo dejo, saquen sus propias conclusiones. La mía está muy clara.