Hola Cristinat
Es estupendo lo que nos cuentas con los niños. La mejor manera con ellos siempre es así jugando, hay que evitar que se tomen el agua fría como un castigo.
A los peques en general les encanta el agua y son los primeros en querer meterse en ríos, piscinas, etc. sin importarles si está caliente o fría.
Recordemos como nos encantaba de niños jugar bajo la lluvia saltando, corriendo y chapoteando en los charcos…
Conozco algunos casos cercanos de hijos de clientas que ya no quieren el agua caliente cuando les duchan. Uno de ellos se llama Mario, su mamá es buena termorreguladora tenemos su testimonio en varios post se llama “Nuspa” y nos cuenta su experiencia durante sus embarazos.
Desde bebé le fue aplicando el agua fría, casi a escondidas de su marido que a pesar de ver lo fenomenal que a ella le sentaba se oponía a que se lo hiciera a los niños…
Ahora Mario tiene cinco añitos y cuando es su papá quien le ducha y le pone el agua caliente el niño le dice: ¡no papá, agua caliente no! que me quema, quiero agua fría!
Os lo cuento como su madre me lo contó a mí. Es como para “comérselo”.
Otra niñita (ni siquiera conozco a su madre) hija de una compañera de trabajo de mi hija, comenzó a darle duchas frías con apenas un año.
Tenía problemas alérgicos, pulmón congestionado, colores rojos en pómulos. Estaba siempre malita y tomando medicación que no le mejoraba nada.
Después de darle mi hija las indicaciones que yo le hice sobre el agua fría y ponerlo en práctica la mamá, la niña mejoró rápidamente, y ahora dos años más tarde está sanísima, y su madre os podeis imaginar está feliz y se lo recomienda a todo el mundo.
Pongamos nuestro granito para que esta buena práctica gane adecto especialmente entre las madres.
Un abrazo
Africa