Agradecimiento de por vida

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Hola Lucía y a todos los que participáis en crecimiento de este foro.

Vuelvo a hablaros de mis sentires y de mi propia experiencia.

No puedo decir hasta donde me llega el contenido de este mensaje porque necesitaría mucho tiempo y espacio para expresar lo que en minutos ha llegado a lo más profundo de mí.

Yo siento que lo que Jinjer nos da no tiene precio. Siempre es más, de con lo que nosotros podamos corresponder.
Para Jinjer los maestros son los “parientes” Todos en este foro sabemos ya a quien nos referimos y a través de él, siendo su intérprete, así nos llega a nosotros también. Si tuviéramos que saldar nuestra deuda con los parientes nunca alcanzaríamos, ellos están tan por encima de nosotros… Cuanta arrogancia tendríamos.
Siento que a ellos les es suficiente con que reconozcamos que esto es así dentro del orden, vean que recogemos sus enseñanzas con amor, respeto, aceptación y darles las gracias, como estamos haciendo, desde lo más profundo de nuestro ser.
Mi manera de saldar la deuda es para con los demás. Los Maestros “parientes” a Jinjer, Jinjer a nosotros y nosotros a otros. Y así sucesivamente haciendo una cadena fuerte y extensa. Mi responsabilidad para con la tribu es repartir esta herencia que nos viene dada y como dice Jinjer decírselo a “todo bajo el cielo” y el que lo sienta que coja la continuidad. Si esto no fuera parte del orden natural que alguien me lo diga, por favor.

Puedo percibir el dolor de Jinjer sin llegar a saber nunca por el infierno que ha pasado o pueda estar pasando. Puedo igualmente percibir el de Lucía y en otro grado el de cualquier otra persona y nunca será como sentirlo uno mismo en su propia piel. Cuando nos toca realmente es cuando comienza el trabajo, ese dolor es el que provoca que nos movamos porque en cierta medida nos hemos quedado estancados y es el empuje que nos hace seguir adelante con otra energía. Ese dolor es el que nos hace mal decir y chocar con todo lo que tenemos delante, para darnos cuenta de verdad, en donde estamos. De contra qué chocamos, verlo, reconocerlo, aceptarlo, tomarlo con la delicadeza que corresponde y con humildad, para que haga que se debilite, con cariño, de tal forma que nos deje seguir por el camino tomado y nunca equivocado. Si doy el salto, sin más, para poder continuar el camino que sentíamos perdido después del shock, será una barrera más que dejo y que tarde o temprano volveré a encontrar.

Lucía todo lo que hagas hazlo por ti misma ¡Guapa!
Y cuando lo consigas verás la fuerza que eso te da.
Te esperamos.

Mi agradecimiento profundo es de por vida.